Por tu boca, en ensueños
me engullía las mañanas.
A sorbos los mediodías,
delirando por tu rostro.
Pensar en ti, tan pronto el sol.
Al verte jugueteaba el corazón.
Tú en mí, en todos los ocasos,
por los te quiero de tus ojos.
Tan pronto el sol, pensar en ti.
Por tu amor aguardaba en la calleja.
¡Ahí sin ti... con luceros y luna!
¡Qué niño fue mi amor,
a tus ojos… siempre prendido!
Tan pronto salía el sol pensaba en ti.
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