viernes, 8 de noviembre de 2013

El efecto mariposa.







Sentado en el sofá mi perro

Midas, mordía el periódico.

Me enfada tanto aúllo y roídas.


¡Como se urde una historia!


Tú y tu hija idean salir de compras.

Aquella tarde abordarías un tranvía.

Y del faldero yo huiría.


¡Una centella, un ruido atronador

y el cielo se vino abajo!

Doble la esquina y te vi.

Al frente de ti

me saluda una niña rubia.


Cruzando riveras,

raudales, sin calcetines;

tú de mi reías, tambien,

prendida a ti, la flor de tus entrañas.


¡Se baten las alas, se apiñan tres vidas


Hoy el cuento reinicia:

había una vez, un ser feliz

que con una dama vivía,

y con un ángel por niña.


¡Con un crío por nacer! ¡Que no darías,

por este nuevo nido… y por el mismo perro!

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