jueves, 14 de noviembre de 2013

Las mañanas en el jardin




Convivencia con fobias

Miraríamos con malos ojos a los psiquiátricos,
las únicas prisiones que transigiríamos
seria, ser de nuestras mente presos;
y nada de cintas brunas,
y nada de impaciencia,
y nada de cordura,
ni de climas fríos.

Aborreceríamos ser de nosotros
sordos mudos o ciegos
No abriríamos sobres, 
no abrigaríamos preguntas sin respuesta.
Disfrutaríamos, claustrofóbicos, 
de nuestras puertas abiertas.

Toda la vida nos mentiríamos
para saber así, cuanto nos amamos, que serían verdades.
Tan cerca estaríamos… para sentir nuestra ausencia.

En casa y en los alrededores, 
dejaríamos señales, para perdernos.
Para tus corazones !compraríamos tantos álbumes!
también para versos y así conjugar 
Tu… Tú el desierto… yo el oasis
Con mi… de tu primavera, yo el cantor,
Con tu….Tú el tallo… yo la rosa.
Con mi… Tú mi voz, yo tu anhelo,
y ser tu sol, yo la abeja, y tú la flor.

Filmaré nuestra boda en blanco y negro.
Al revelar tu imagen serás icono... 
en el equilibrio, de mi cuarto oscuro.

Me iré al aeropuerto a que me digas miles de adioses,
lleno de besos. Sin que lo sepas;
tornare. Cuando no me esperes, tocare a la puerta,
serán mis mimos, mis besos, tu sorpresa.

Todos lo días, serán hoy, sin acordarnos del ayer
En casa tendremos, quijotes, de sentidos idos, ojerosos
y videntes cupidos, sonrosados, sin carcaj, ni flechas
En nuestras noches nos perderemos en nuestros ojos,
nos encontraremos en nuestras bocas.
Sin cielo, ni purgatorios revolotearan nuestras almas,
en la guerra de los cuerpos, entre sabanas.

Tendremos, un buró y encima una botella
con un barco dentro, con velas a lo alto...
por si acaso. Con cajones, llenos de manzanas.
En nuestras noches tendremos, papagayos y loros
que al otro día, a toda costa, tendremos que acallarlos.

Cada mañana, la tibieza de nuestros cuerpos, los avivara la aurora.
la fresca alborada, activara a nuestros pies, fuera de la colcha.
Despierta tú, te besare en la boca,.
Cesaras de ser niña, cada amanecer.
Seré luz de faro, día diáfano. Mar acometiendo tus arenas,
sin hablar, te tendré noticias, de carabelas;
de mundos nuevos, de coral y de arrecifes… 
Buenas nuevas de almíbar y de sal.

Después de un desayuno de besos,
en ese cuarto tan tuyo y tan mió tendremos obligaciones,
lo limpiaremos de la miel y de las migas.

Pasaran lo días, los meses y los años
Todas las mañanas, en el jardín.
sabré que ciertamente eres un colibrí... del que me enamoré.


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