martes, 24 de agosto de 2010

El café humeante pregunta por tu taza.




Nunca he perdido el recuerdo
de aquella vez en que te miré
enamorándome de ti.

Ni de nuestras citas con la luna
que se dormía oyendo nuestras cosas.
(hoy la luna, es una manzana sin agua)

Ni el verano aquel, amantes a pleno sol
que dio paso a un otoño lejos de ti.
Hoy mis días son ese entretiempo.

Ni la manera en que caminas,
ni de los lugares que indagan
por saber de tu risa.
Hoy la vereda, sólo es tristeza.

Penas hay dentro de mi.
que consuelan las flores que sembraste
y reviven tu olor para luego marchitarse.

Tu desnudez la extraña nuestro cuarto,
mi insomnio y mi almohada,
y por la mañana el agua de la ducha.

Permanece tu toalla colgada
en el mismo lugar,
con tantos lunares como tú.

Como extraño tu piel,
como he pasado los meses,
enamorado de tu retrato.

¿Como terminar este poema
que ayude a encontrarme,
y no haga llorar al papel?

lunes, 16 de agosto de 2010

Te acercaste a mi




Fue un beso tan tierno y tan sensual.


Tus labios en mis mejillas,


con su humedad de saliva.


Fue tal la picardía,


que aún el escalofrió recorre mi cuerpo.



Lo cercano de tu rostro,



mitigo mi sed, de ti.


Como nunca me acerco a tu ser,


ese beso que sentí en la piel.



Después de tanto tiempo de olvidarte


has aparecido en mi sueño y como nunca


me has besado.