miércoles, 4 de febrero de 2009

Sindrome de abstinencia



Ahí estaba mi piel,
tirada, sobre la acera.
Resguarda por cuatro cintas
En el aire el sonido de sirenas
y el rumorar de los curiosos.

Ahí estaba, mi piel moribunda
con tus huellas por doquier,
aún tibia por tus besos,
por días de sol, arena y mar.
Se veía ensalivada la epidermis,
aún, se quejaba de recuerdos.

Tatuada de sensaciones,
era clara la evidencia de tus dedos.
El forense dijo -mirando a lo alto, al balcón-
No se trata de un suicidio, esta piel fue adicta.
Un síndrome de abstinencia,
fue la causa de su muerte.

Nadie te culpó,
lavaron el piso, se deshicieron de ella.
Ningún telediario,
ni la nota roja, difundieron la noticia.

Por ello... ni te enteraste.

3 comentarios:

Bibiana Poveda dijo...

Me gustó mucho este "desdoblamiento", Gabriel... Conseguiste que me metiera en la historia.
No hay anuncios para las adicciones de la piel... y, claro, se muere por abstinencia.
Saludos y un beso!!!!!

Clarisa Vitantonio dijo...

Gabriel,

Que abstinencia más creativa. Me ha encantado el juego del lenguaje, y la intensidad de cómo lo has contado. Genial.
Un abrazo
Clarisa

Monica dijo...

Gabriel
Poeta, un placer compartir tus letres
te dejo un abrazo aigo, Monica