domingo, 8 de febrero de 2009

El moreno Oximoron.





Ayer me encontré al portero
cuando entre al edificio de una editorial,
al moreno Oximoron.

Quien con su alegre voz me alerto
¡Quihubo jefe! Como lo mire abatido,
el pregunte el porque y me respondió
con una tristeza infinita. ¡Pues vera jefe!.

Le daré los pormenores
de un resumen detallado
Mi amada me tiene un cariño, sin apego.
Es una música callada,
de rumores fidedignos.

Su incomparable belleza, es su fealdad.
Por ello es de un andar solitario entre muchos.
Es de una sencillez soberbia,
de una banalidad profunda.
¡De una deshonestidad, tan decente!
Coloquialmente: es una crisálida con alas.

De una erudición inculta,
que dialoga conmigo en monólogos.
Su ser, es de una monomanía sensata
e insatisfecha, de la satisfacción
que mis caricias le brindan.

¿Sabe? por amarla la odio
y en mi ignorancia soy sabio,
porque al perderme me encontré,
en las penas que me atan
y me desatan de ella.
Pero... mejor me callo
y le digo mi inferencia:
Mi infortunio es mi fortuna.

¡Bueno! usted es ajedrecista,
se lo diré en su léxico;
soy un peón pasado
en retroceso, soy un gambito sin cambio,
soy un ¡Acomodo! sin tocar,
Una columna abierta ocupada por mis cuitas.
Hoy mi alegría son mis penas,

por haber sido una combinación sin unión.
Un peón en la octava casilla, sin corona,
por una dama blanca, que no es una Señora.

Lo deje ahí y a lo lejos aun sordo, lo oí diciendo:

Para mi ella, fue un mate sin jaque,
en la mini calidad fui un caballo.
Trastocado me quede, al irme de ella,
porque soy un clásico moderno,
Paranoia justificada... un pinché fiancheto… sin flanco.

2 comentarios:

Claudieta dijo...

Este ya te lo leí.
Cuentas cada historia que pa qué, pa qué.....te deberías dedicar a la novela, tienes temas a raudales.
Un besito

Gabriel Capó Vidal dijo...

Hola Claudieta



Gracias por tu presencia siempre grata.

Un beso.

Gabril