miércoles, 3 de septiembre de 2014

Y volví a encontrarte.




Después de un beso, dijimos adiós.
Me marché, el cielo ennegreció
e inicio la lluvia.

Y volví a encontrarte,
te aspire en el aroma que las cosas
despiden al contacto con la lluvia.

Te percibí en las finas gotas, que cubrían los
pétalos de las flores;
 en el roció
que acumulan las hojas,

en los charcos,
en el asfalto,
lustroso y mojado.

En el aroma de la tierra,
de las plantas y del silencio.
En la tranquilidad de la noche,
en el suave viento, en la brizna
que acariciaba mi cara.

Resbalaron juntas lluvia y lágrimas,
tú, dispersa, estabas a mi lado. 

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