martes, 26 de agosto de 2014
Enamorada de un botón
Esta abertura coqueta, ovalada.
con hilo doble, bien cosida
se moría por un botón:
negro, brillante y redondo
Orgullosa, siempre lo lucia
abotonado lo justo.
Como sucede en la vida
el botón se descosió y se extravió.
¡Cuanto la hendedura lloró, al sentirlo perdido y
cuanto se odio!
Al tiempo, lo encontró,
¡pero fue alegría de poco rato!
Lo miró en otra blusa,
en un ojal ambarino.
Moraleja: siempre hay un ojal que recibe a cualquier botón.
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