sábado, 12 de junio de 2010

Las caricias de tu cabellera.






En noches como estas
de viento y frío,
de ruido de océano,
no brillan en el plomizo
cielo las estrellas.

Camino por las veredas,
camino, por mi caminos.
y es mi destino la arena.

Tropiezo con azabaches
y renace en estas noches
lo lucero de tus ojos.

Las rachas de viento me traen
las caricias de tu cabellera.
En noches como estas, tus besos serian mi salvación,
porque en mi memoria aún ronda;


aquella brisa enredando tu pelo,
mientras la llovizna, mojaba a la playa.
El vaivén de la espuma, jugando en las rocas
y el rastro del mar, tras de tus huellas.


Fueron tus ojos peces, en agua de lluvia.
¡Potro tu cuerpo, entre olas y arena,
cuando el sol moría, entre tus piernas!

1 comentario:

Isabel Moncayo Moreno dijo...

Qué hermoso el título Gabriel, así como el poema que se deja acariciar
en ese vuelo que trae a la memoria vaivenes de amares..

un abrazo