martes, 22 de julio de 2008


Recado de un 30 de mayo.

Sino hubiese sueño que te venciese,
sino hubiera fatiga que te rindiera
antes de sentirte mía,
si los besos míos fueran
los que al final del dia te durmieran.

Si, pudiera ser posible
que al despertarte te amara
y el tiempo que trascurrió
de la noche a la mañana
se te hubiera hecho eterno…

En fin si este amor demente
Si este desearte siempre;
encontrase en ti su eco,
si pudiese ser el fuego,
que despertara tu invierno,

si el poseerte siempre fuera
¡alegría entre dos compartida,
sol que nos fundiera!.
Si tu negación velada
o en mil forma encubiertas
a mi alma ya dañada, no la afectase en tristeza.

Si no hubiese sueño que te venciese,
sino hubiera fatiga que te rindiera.
Si el pensar en ser mía te diera energía,
para que exhausta
después de ser tuyo
me dijeras amor, vida mía
¡hasta mañana que estoy rendida!.

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