viernes, 14 de enero de 2011

El azul del aire de Diciembre.





Cuando fui niño, ya sabía por mis sueños
de mi apego por tu voz y por tus rasgos.
Sabía de tu calle, esclavo a las oscuridades
y a las formas que destejen y tejen esta vida
como en el poema de Borges.

Por cortejarte, me negaron tus labios
-por consideraciones religiosas-
los te amó, que nacían de tus ojos,
en un ir y venir de paradojas.
.
En mis reminiscencias (aún todavía)
en los meses de Diciembre,
al innovarse el azul del aire,
mi corazón en taquicardia,
camina por tu calle y por tu estancia.

De retorno, por el parque miro
correr en lagrimas a una niña,
que tiene tu misma cara.

Y un chiquillo se subleva a la

ultima vez y nunca más y olvido,
como en el poema de Borges.

3 comentarios:

Isabel Moncayo Moreno dijo...

hay amores que nunca serán olvido, verdad? tú lo cuentas de forma sencilla y sincera, un placer Gabriel, besos.

Ío dijo...

Cuando no se puede olvidar todo se vuelve recuerdo, y más cuando es el amor el que retorna a nuestros ojos.

"Cuando fui niño, ya sabía por mis sueños
de mi apego por tu voz y por tus rasgos..."
Estos dos versos me parecen de una gran belleza, me hablan de un amor que comenzó pronto, y fue muy hermoso.
Gracias, Gabriel
Un abrazo, besos

Ío

Anónimo dijo...

Nostalgicos versos, hermosos, suaves recuerdos anidados en el recuerdo, un gusto leerte siempre poeta.