Cuando fui niño, ya sabía por mis sueños
de mi apego por tu voz y por tus rasgos.
Sabía de tu calle, esclavo a las oscuridades
y a las formas que destejen y tejen esta vida
como en el poema de Borges.
Por cortejarte, me negaron tus labios
-por consideraciones religiosas-
los te amó, que nacían de tus ojos,
en un ir y venir de paradojas.
.
En mis reminiscencias (aún todavía)
en los meses de Diciembre,
al innovarse el azul del aire,
mi corazón en taquicardia,
camina por tu calle y por tu estancia.
De retorno, por el parque miro
correr en lagrimas a una niña,
que tiene tu misma cara.
Y un chiquillo se subleva a la
ultima vez y nunca más y olvido,
como en el poema de Borges.
3 comentarios:
hay amores que nunca serán olvido, verdad? tú lo cuentas de forma sencilla y sincera, un placer Gabriel, besos.
Cuando no se puede olvidar todo se vuelve recuerdo, y más cuando es el amor el que retorna a nuestros ojos.
"Cuando fui niño, ya sabía por mis sueños
de mi apego por tu voz y por tus rasgos..."
Estos dos versos me parecen de una gran belleza, me hablan de un amor que comenzó pronto, y fue muy hermoso.
Gracias, Gabriel
Un abrazo, besos
Ío
Nostalgicos versos, hermosos, suaves recuerdos anidados en el recuerdo, un gusto leerte siempre poeta.
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