y los peces de tus ojos
entre tu marina risa.
La sal de tu mirada
en la prisa del aire.
Tu voz infiltrada
de desaire
y el coral de tus uñas
en la reminiscencia,
de la buena calaña
de mi espalda...
aún rasgando el alma.
en la reminiscencia,
de la buena calaña
de mi espalda...
aún rasgando el alma.
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