Del ayer, el viento fue otro a estos soplos,
tenían menos edad, más brisas de infancia.
Nos traían aroma de amores primerizos,
de turbación, de lealtad e inexperiencia.
Ayer el viento olía a jazmines y azahar.
no tenia prisa y como que jugaba.
Escuchó nuestros te quiero
y uno que otro enfado de chiquillos.
El viento de ayer levanto tu falda,
con el fin de que te viera sonrojada.
Testigo, nuestros labios separó
de la caricia... por lo fuerte que sopló.
De aquel ventarrón nos fuimos
felices, con el corazón saltando,
estallando en risas. Estos vientos,
tu amor de ayer lo traen rodando.
Pero estas brisas, tu nombre callan,
adolecen de bálsamo de tu caricia.
Estos aires a mi corazón no agitan,
rodando perdieron, frescura y lozanía.
2 comentarios:
Gabriel,
Precioso poema. Con un aire nostalgioso, una melancolía arrabalera.
un abrazo
Clarisa
Hola Clarisa
Me agrada que el poema te parezca así... con una nostalgia detras.
Un beso.
Gabriel.
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