viernes, 18 de octubre de 2013

Mira como he finalizado






Un poco desacostumbrado
a los inesperados saltos del corazón,
sorprendido, con alegría abrí tu correo.
conociéndote, p
ensé que jamás me contestarías.

“Yo tuve para mí muy claro que nunca me has querido.
Te he gustado, que es muy diferente,
y a eso le has puesto el nombre de amor”

me cuentas en tu mensaje.

Al niño que fui, le sorprendió tu belleza
aquella tarde de abril. (jamás lo he negado)
La hermosa tarde en que te conocí,
hace ya tantos años.


Para mi fue un descubrimiento. 
¿Me gustaste, tanto... que aún me gustas!
Por muchas cosas que tú sabes,
por muchas que ignoro;
por muchas que yo sé,
y por muchas que tú desconoces,
un noviazgo entre nosotros, nunca se dio. 

y sin embargo fuiste mi primer amor.
¡Que nunca te quise! Ni tú te lo crees.

Cuando se quiere aceptamos
a la persona como es y así te quise.
Tú nunca has sido una perita en dulce,
ocupada en miles de cosas,
siempre sin tiempo, egoísta, voluble.

 Y sí, no te conocí más,
fue por tu carácter, imprevisible,
cambiante y explosivo.
¡Que por cierto siempre me atrajo!

Mis criticas esporádicas
que mencionas son;
sobre tu búsqueda incesante
de una religión que te revele
los misterios y te permitan
no sé que explicación interior.
Una solución para ti apremiante.

Ya, en un poema de ayer, 

he descrito lo que en la secundaria, 
percibí en tus ojos. 
Mi prisa a la salida de la escuela,
tratando de alcanzar tu paso presuroso,
declarándote mi amor, el llanto de tus ojos
Tu ira, que obedecían a la vergüenza
y la culpa inculcada en ti. 

Te recuerdo el poema:


¡Te quiero, te quiero!
gritaba él chaval
en una mañana de sol
y ella una niña corría también

Regreso solo,
no comprendió su llanto,
su rabia, su miedo, su rechazo.

Sí antes en el galanteo,
en sus ojos que hacían
tan bello su rostro,
se asomaban; los te quiero.

Tiempo después entendió a una
religión y a una madre aún más severa.

Tú como yo, sufrimos,
la perdida de un hermano
a más temprana edad yo, que tú.
Tanto te quería que fui al velorio
de tu hermana, sólo por ti,
por intentar aminorar tu angustia,
y tu dolor, porque lo entendía, 

porque yo, ya había pasado por eso
y porque te quería. Deseaba consolarte

Inútil fue, porque esa noche
nunca saliste de tu cuarto.

Yo entendí con la muerte
de mi hermano y corrobore
después, que la supuesta existencia
de los dioses de las diferentes
religiones, son mas nada,
que la explicación, y la obediencia
ciega a la ignorancia y a los dogmas
Una explicación piadosa y una forma
de negar en esta vida; la muerte,
conjeturando un transito a una “vida eterna”

Las religiones no tiene mas fin
que aletargar. ¿Has madurado que todo mundo
se hiere y se mata en nombre de un Dios?
Sí alguna afinidad tuviera con la mitología,
seria con la de los griegos, con sus dioses y semidioses
llenos de virtudes y de defectos,
fielmente humanos, y hasta divertidos.

¡Mira como he finalizado,
sí, lo que quería decir,
es que siempre te quise!

El poeta dialoga con el pasado




El instante es fugaz y el segundero es testigo. La expansión del universo, el mismo ser es pasajero. Pasajero, es un momento como el chasquido de un beso. Desear que el presente se quede es un desatino Desatino es intentar atraparlo, querer retenerlo. El presente es sordo y hablar con
el
, es inútil Inútil, porque tan pronto inicia, ya se ha ido. Es el tiempo en que se escribe un poema, y al leerlo inicia el olvido, la historia. La historia es lo que hemos sido, el cúmulo de épocas que se marcharon El poeta escribe, así subraya su pasado, él, solo es ratos; de infancia, dicha, fracaso. Recuerdo de sueños, pubertad y melancolía. Melancolía es añoranza un buceo en las aguas de lo sucedido; un retorno a la calle de la niñez, al tapanco de los vestidos viejos. Viejos jirones, donde hurga el poeta. El poeta siempre voltea y mira al niño, y no siempre le pide perdón. El poeta dialoga con el pasado, y su obra demora a su olvido. Mientras está vivo.

jueves, 17 de octubre de 2013

Signos en tu rostro







Símbolo de besos tus labios,
con mensajes en tu risa.
En tus ojos cafés, 
ese verde que yo distinguí,
y el desnudo de tu labios, del rojo carmesí.
fueron las señales, de prohibido, prohibir.

No le hizo falta ningún perfume.
al afiche de tu cuerpo.

Tu pelo, ave, satín en el aire
Tus senos me hablaban del ascensor de un piso
Tus piernas dentro de la minifalda, de la genialidad de la genética.
y de Mary Quant.

Te cargue los libros, nos fuimos charlando y tuvimos una hija.

miércoles, 16 de octubre de 2013

La melancolía del abuelo.



Vi al abuelo, mirar al horizonte. ¿En que piensas? le dije.


En el silbato del afilador y la manivela del organillero
en las buenas personas que conocí: en los serenos,
en Paco, el vendedor de globos, en Manuel el ropavejero,
en Ruben el picapedrero, en los cocheros, los faroleros
en los repartidores en burro, en el huevero, el molinero,

 y en Miguel el sastre, o en Julian el cahatarrero.
 muertos ya, todos ellos. 
Recuerdo mis amores con las lavanderas.

Me habló del labrantío; de los aldeanos, de la buena gente lanzando las mies.
De la reja rompiendo la tierra, de los campos, de la yugada, 
de los bueyes; 
de la yunta y su yugo, su uñir en la labor, del sudor en su cuerpo.

Cuando la escasez, de los pastos, comiendo, el ganado ramón.
Me habló del herrén, de los manojos, de la media de trigo, de la hacina... de la panera,
De la poda de los arboles, con macha o podona afilada, de la parva y de la era.

Rememoro la mancera; el mandileto de las borregas. 

Pienso, me dijo, en tu abuela, mujer tan bella en el hilar,
en su rueca y en el uso. Cuando los fríos, con toquilla vestía tu abuela.
Pienso en aquellas noches cubriéndonos con tapabocas.
También en tu padre y sus primeros dientes,
untándole rescaño, para aliviar su escozor.

Fueron tiempos, idos, muy duros y bellos..

Me di cuenta que en el campo de sus ojos, los rastrojos,
habían echo llorar al abuelo.

Le di un abrazo, un beso y me fui.

Un poco de humor: Fornicius under concensus of king.




Mi lengua bilingüe entre los recodos de tu cuerpo

-¿Love me?
-I like you. I am fascinated by
¡Yeah, more, more!

-¿I like you?
-Yes, yes, yes. ¡Yeah!
¡Oh!, ¡oooh! ¡My God!

Mi lengua con ese sabor a miconazol
más el ardor de tus uñas en mi espalda.
Tú, en pleno orgasmo,
para caer de una pieza..

Y, yo aún el hombre erectus,
debajo de la regadera
entre el agua fría.
My melancholy, it is as cold water.

domingo, 6 de octubre de 2013

Esta noche al ajedrez juguemos

 

Esta noche al ajedrez juguemos
entre astucias, tú reina, señor yo.
No seré alférez de negro rencor,
sólo pararrayo, de tus lances albos.

Corceles de amor te enviare.
A ver si termino con tus enojos,
No perderé de vista tus ojos,
a tu desamor es preciso rendir;

bajarte de tu torre de marfil,
ponerte en jaque, tu odio, amor es sólo.
Resistirme no sabrás. ¿Para que alfil

que nos case? No es mi perfil abdicar,
pero desde que te vi, soy un tórtolo.
Rendido a tus labios, seré tu dueño.